sábado, febrero 16, 2013

Solo con invitación: Contra las cuerdas, Susana Hernández

Alrevés, Barcelona, 2012, 284 pp. 17 €

Juan Laborda Barceló

Algunos teóricos del cine y de la literatura aseguran que el género negro es el único en el que la ambientación y el estilo pueden superar a la historia en sí misma. En el caso de la muy negra novela de Susana Hernández esta máxima sería aplicable, sólo que, además, tiene una bien urdida trama.
Dos mujeres son las protagonistas de esta historia: dos subinspectoras de policía, Rebeca Santana y Miriam Vázquez, a cual más especial, y por tanto, terriblemente humanas. Si bien la presencia de féminas en las arduas tareas de investigación de crímenes no es nueva (la inspectora Petra Delicado de Bartlett, entre otras, así lo demuestra…), sí es original la perspectiva. Ambas son muy diferentes, pero se complementan a la perfección. Se mueven en el escenario de una Barcelona actual, junto a sus naturales miedos, zozobras y complejas relaciones personales, siempre lo son. Entre las dos suman, por poner algún ejemplo, separaciones mal encaradas, problemas psicológicos derivados de una madre en prisión, crisis laborales, acosos y presiones institucionales… Ahí reside parte de la riqueza de estos personajes. Cuando un brutal y contradictorio violador y asesino hace su aparición, tendrán que perseguirlo con todas esas cargas actuando como lastre, pero también como impulso vital necesario. Se demuestra así, una vez más, la increíble fuerza renovadora que tiene la novela negra, capaz de reinventarse una y mil veces.
Sobre estos personajes, construidos con la verosimilitud que aporta el reflejo de nuestras miserias más cotidianas y engarzados con unos diálogos tremendamente ágiles, veraces y divertidos (capaces de activar la empatía del más autista de los mortales), se crea esta historia criminal, cuyo buen acabado hace deliciosa la lectura. De ella sólo diremos una cosa: tiene la virtud de sorprender. No se trata de un heterodoxo ejercicio de narrativa posmoderno, no. Simplemente, de forma natural y sabia, Susana Hernández juega con el lector, incluso con el avezado. Cuando éste se encuentra realizando las habituales cábalas sobre el futuro de los elementos narrativos y, por tanto, se dispone a elaborar hipótesis, la autora pone en boca de sus estupendos personajes tales argumentos. Se genera así un juego, que no es al despiste, sino al entretenimiento, en el mejor sentido del término. Es una obra magistralmente construida, con buen ritmo y tensión mantenida.
De este modo, Contra las cuerdas se convierte en una experiencia supraliteraria plagada de guiños a los clásicos rusos, al buen cine, a la amistad y, en definitiva, llena de vida, aunque pueda parecer contradictorio.
En definitiva, es una novela negra de prosa bella que, alimentada por la renovación del género, utiliza elementos clásicos y nuevos para dotar a su excelente trama de un mayor empaque.
Rebeca Santana y Miriam Vázquez tienen buena estrella, no en vano esta es la segunda entrega de sus aventuras… Deseamos, para nuestro deleite como lectores, nuevos misterios por resolver. Sabemos que algo hay en marcha.
 
 
Susana Hernández: "Los tópicos y los estereotipos están para ser dinamitados"


Entrevista de Care Santos

Susana Hernández reincide. Después de La casa roja, La puta que leía a Jack Kerouac y Curvas peligrosas, nos sirve ahora bien caliente su último banquete: Contra las cuerdas, una novela que sorprende por su agilidad, por sus amenos diálogos y por la originalidad de su protagonista, la subinspectora Rebeca Santana, de quien sus habituales conocerán algunos secretos que no desvelaron anteriores entregas. Lesbianismo, una trama negra-muy-negra y la ciudad de Barcelona como escenario son sus credenciales. El resto, la habilidad de la autora para tenernos en vilo de la primera la última línea. Los amantes del género negro deberían lanzarse sobre sus libros sin perder tiempo.


La literatura de temática gay se está "normalizando". Ya no se trata el asunto sólo como rareza. En ese sentido, su protagonista podría convertirse en una especie de abanderada de este fenómeno, ¿no cree?

—Sí, es cierto que poco a poco se trata la temática gay desde un punto de vista mucho más natural e inclusivo tanto en el la televisión como en la literatura. La verdad es que se agradece que se dejen a un lado ciertos tópicos. Es importante narrar sin estridencias ni dramas el mundo gay o lésbico. Desde luego, en ningún momento he tenido la intención de convertir a Santana en abanderada de nada, pero por lo que parece, el personaje está llegando a los lectores y eso puede ser una baza a favor de esa “normalización”. Si así es, bienvenido sea.




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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lei hace poco en e-book una novela que se titulaba "La puta que leía a Jack Kerouac" y cuya autora era Susana Hernández. No sé si será esta misma, porque en aquella novela no había caracteres tan definidos como inspectoras de policía ni la autora parecía mostrar entonces mucho interés por el "método" policiaco. Pero si es la misma autora, la compraré más que seguro, porque me dejó fascinado aquella novela de "La puta que..."

Anónimo dijo...

Ah, vale, ya he visto que es la misma autora que "La puta que leía a Jack Kerouac"...