viernes, julio 03, 2009

María Antonieta, Stefan Zweig

Juventud, Barcelona, 2009. 524 pp. 19 €

Miguel Baquero

Entre la obra del escritor austriaco Stefan Zweig (1881–1942), novelista, poeta, dramaturgo y ensayista, ocupan un lugar destacado sus biografías de personajes históricos, y entre estas biografías (de Magallanes, Erasmo de Rotterdam o Maria Estuardo), posiblemente la más célebre y, a juicio de muchos, la más lograda sea la que tiene como protagonista a María Antonieta.
“Escribir la historia de la reina María Antonieta es volver a abrir un proceso más que secular, en el cual acusadores y defensores se contradicen mutuamente del modo más violento”, escribe Zweig al comienzo de su biografía sobre Maria Antonieta de Habsburgo, corriendo el tiempo esposa de Luis XVI y reina de Francia, corriendo el tiempo más todavía Viuda Capeto ci-devant Reine. Sin duda, María Antonieta es uno de los personajes más sugerentes, desde el punto de vista literario, de toda la Historia Universal, por el vertiginoso modo en que, en apenas unos años, de adorada monarca, aclamada por el pueblo, hermosa joven y árbitro de la elegancia rococó, pasó a convertirse en “la loba austriaca”, la “mayor prostituta” de su siglo, la enemiga del pueblo. En un espacio tan breve que causa asombro, aun habiendo oído infinidad de veces la historia, esta nobilísima señora, hija de una emperatriz, pasó del trono más noble de la Europa de entonces, de las fiestas y los teatros más lujosos, de los más resplandecientes bailes en la Galería de los Espejos, a una oscura y húmeda mazmorra, con apenas un catre, una silla y una mesa en la prisión de la Conciergerie, y de ahí en un carreta tirada por un caballo, las manos atadas a la espalda, e insultada por el pueblo, directamente a la plaza hoy llamada de la Concordia, entonces de la Revolución, donde la espera el igualitario invento del doctor Guillotin.
De qué manera y por qué oscuros mecanismos pudo sobrevenir tan inmensa caída es lo que intenta dilucidar Zweig en esta biografía. Antes que ésta, muchas otras se escribieron sobre la figura, infinitamente literaria, de María Antonieta, y sin duda muchas otras se escribirán en el futuro, pero en gran medida la biografía de Zweig establece la pauta para escritos venideros y en sus páginas tiene lugar, casi definitivamente, el juicio de la Historia. La María Antonieta de Zweig destaca por el interés sincero del autor en comprender y mostrarnos lo que realmente ocurrió, analizando todos los detalles, aun los más pequeños, que contribuyeron a la tragedia, sin detenerse en tapujos ni remilgos bienpensantes, pero sin caer por ello en la chabacanería o el simple cotilleo.
Así, la obra se abre con una introducción, seguramente necesaria para la época, donde el autor conecta con todas las biografías tradicionales que presentan el destino, el Sino, como una especie de inteligencia providencial que dispone los hechos y las casualidades de acuerdo a un principio moral, o aunque sólo sea para medir las capacidades de los hombres. Pero después de este principio, dijéramos “clásico”, Zweig adopta una visión más moderna y explica de qué forma, por ejemplo, la fimosis de Luis XVI hizo de él un hombre tímido y acomplejado, le apocó e hizo que le superaran los sucesos revolucionarios. De igual manera, el tardío embarazo de la reina hizo que ésta buscara costosas distracciones en la noche parisina, lo que acabó haciéndola odiosa a los ojos del pueblo…Así, con estas y otras minucias en apariencia intrascendentes, nos muestra Zweig que se construye la historia, no con principio morales ni grandilocuencias.
Pero además de por el rigor histórico y lo moderno del planteamiento, la María Antonieta de Zweig es asimismo una excepcional narración, en la que el autor contempla los hechos desde un punto de vista literario y crea párrafos y factura personajes dignos de la mejor novela. En las páginas del libro asoman, con toda su literaria humanidad, desde los ruines y mezquinos hermanos del rey, a Mirabeau, uno de los más hábiles intrigantes de la Historia, pasando por Hébert, seguramente el hideputa más grande que nunca haya mojado su pluma en un tintero, o el jovencito, por entonces, Bonaparte, que contempla asombrado cómo la Revolución triunfa cuando, con dos cañones estratégicamente situados y una carga de caballería, él hubiera acabado con todo aquello.
Una biografía, en resumen, excepcional, escrita por un no menos formidable escritor.

1 comentario:

Jaime dijo...

Me encanta Stefan Zweig, y sobre todo esa manera suya tan peculiar de captar la psicología de los personajes en los más mínimos detalles (como lo de la fimosis de Luis XVI, que comentas). También hice una reseña de Maria Antonieta en el blog colectivo sobre libros en el que colaboro. (Y hay unas cuantas más de Zweig.) Si no os parece mal, os dejo el link:
http://unlibroaldia.blogspot.com/2009/03/stefan-zweig-maria-antonieta.html

Un saludo y enhorabuena por vuestro blog!