jueves, marzo 26, 2009

Envidia, Yuri Olesha

Trad. Marta Rebón. Acantilado, Barcelona, 2009. 200 pp. 17 €

Carmen Fernández Etreros

Yuri Olesha es considerado como uno de los mejores escritores rusos del siglo XX y, sin embargo, es casi un desconocido para los lectores europeos. Yuri Olesha (Ucrania, 1899 - Moscú, 1960) presenta en esta novela Envidia una sátira original sobre la sociedad rusa de la época y sobre las consecuencias irreparables del asentamiento de un sentimiento tan básico como la envidia en el alma humana.
El escritor Yuri Olesha nació en el seno de una familia noble de origen polaco, estudió en la Universidad de Novoróssiya, sirvió en el Ejército Rojo y ejerció como periodista. En 1922 se instaló en Moscú y colaboró en el periódico Gudok, junto con Mijaíl Bulgákov e Ilf & Petrov. Entre sus obras destacan la novela Los tres gordinflones (1928) editada en España por Siruela en 1992 y la comedia La lista de las recompensas (1931).
Esta novela Envidia (1927) se considera su obra cumbre y, gracias a la Editorial Acantilado que la ha editado recientemente, podemos ahora disfrutar de su ironía y cinismo. Su argumento es sencillo: Un hombre Andréi Bábichev es considerado un ciudadano ejemplar para el sistema. Trabaja como director de una fábrica de alimentos cuya misión es proveer de salchichas al proletariado. El azar y la mala suerte le lleva una noche a encontrarse con Nikolái Kavalérov, que acaba de ser expulsado borracho de una taberna. Andréi lo invita a vivir en el sofá de su casa y, a trabajar para él a cambio corrigiendo pruebas. Pero este amable gesto no bastará para atemperar el odio teñido de envidia que se va asentando y creciendo en silencio hacia su benefactor. Ese único sentimiento «la envidia» se convertirá en el peor enemigo del “hombre admirable” para la sociedad, una vez que se instala definitivamente en el corazón de Nicolái:
«—...Sí, la envidia. Aquí se tiene que representar un drama, uno de esos grandiosos dramas del teatro de la historia que durante mucho tiempo suscitan en la humanidad el llanto, el éxtasis, la compasión y la ira. Usted aunque no lo comprenda es el portador de una misión histórica. Usted es, por decirlo así, un grumo. Un grumo de envidia de la época que perece. La época moribunda envidia lo que la desplaza» (p. 130).
Aunque la novela al principio parece un alegato a favor del sistema, y así paso desapercibida para la crítica de la época, a medida que avanzamos en la lectura nos damos cuenta del ataque velado y certero. Un papel destacado supone el personaje del hermano de Andréi, Iván, hombre excéntrico, vengativo e intrigante, que incitará y alimentará la envidia de Kavalerov en una «conspiración de los sentimientos», incluso hasta hacerle pensar en el asesinato del «hombre honorable».
De Envidia hay que valorar sin duda el análisis psicológico de los personajes, y sobretodo la descripción minuciosa del carácter dubitativo de su protagonista Nicolái Kavalerov a través de sus pensamientos, sus paseos por la ciudad o sus conversaciones con Iván. En estos reconocemos la crítica del autor, sus dudas y ataques al sistema.
Una novela diferente a las que nos encontramos en el panorama literario actual y que sorprende por esa defensa del poder de los sentimientos, «de una conspiración de sentimientos» como motor de cambios insospechados. Un simple sentimiento humano y natural como la envidia puede poner en peligro toda la maquinaria de la vida cotidiana, e incluso a veces puede herir de muerte una sociedad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vaya gracias, desconocía a este autor. Tomo nota, pinta muy bien.